domingo, 13 de junio de 2010

13. EL AMOR DISCUTE LIMPIO


Habla con tu esposo (a) sobre el establecimiento de reglas de enfrentamiento sanas. Si tu compañero (a) no está listo para esto, entonces pon por escrito tus propias reglas personales “para discutir”. Decídete  a seguirlas cuando ocurra el siguiente desacuerdo.
Una de las cosas que aprendí desde hace tiempo en este sentido, es a enfoncarnos en el tema de la discusión.  Con frecuencia variamos y derivamos de tema en tema cuando estamos discutiendo algo y terminamos por traer situaciones del pasado a nuestro problema presente. Esto es algo en lo que hay que enfocarse y ponerse exigente con uno mismo para no salirse del tema discutido en ese momento.
Y otros puntos más acordados son, por ejemplo:
☺ Cero insultos.
☺ No comparaciones con alguien más.
☺ Lo que aquí se decida, entre nosotros se queda. 
☺ No involucrar a los hijos ni a nadie más, etc. 

Muchos gritan y discuten hasta que el otro calla. 
Creen que le han convencido. 
Y se equivocan siempre.
Noel Clarasó
 http://www.lovedarestories.com/pages/lovedarepages/Take_The_Dare.aspx

6 comentarios:

Angelo dijo...

Me encanta los consejos que nos estás proponiendo. Lo del fútbol, no puedo comentarte porque no me dice nada, así que poco vibraré. Pero bueno como la final será España y ...
a lo mejor me animo con ese. Un beso fuerte. Me encataría seguir en facebook, pero Tere, es que me da muchos problemas, cada vez que entro me sale una. Con los amigos tan buenos que tengo para saludarles como tú misma. ¡Que pena!

Marta Salazar dijo...

muy bien! te pondré un link en mi blog "de educación" ;)

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

Ciertamente que hay que tener unas normas para poder convivir. Yo también he vivido en pajera,antes de ser monja ¡Claro!y las discursiones eran de las buenas, el pasado, venía, hijos no, pero perros sí, en fin todo lo propio, el gritar no es del que vence, vence el que calla, al menos ya no peca más y en otro momnento se búsca el diálogo desde otra prespecriva.
Con ternura.
Sor.Cecilia

Unknown dijo...

Hola Angelo. Estos consejos, tomados de la película "Prueba de fuego", me han parecido muy prácticos, no solo para los matrimonios en conflicto, sino para todos los que, aún estando felizmente casados, de repente olvidamos uno que otro detallito de éstos para con nuestro cónyuge. Además, y para darle un toque personal, en algunos de ellos les platico algo de lo poco que he aprendido en mi experiencia matromonial que, como ya les dije un día, tuvo un inicio un tanto turbulento.
Con lo del fútbol, me pareció entender una vez a Militos que eras seguidor del Atlético de Madrid, tal vez me confundí con otra persona. De cualquier manera, yo también espero que España gane el campeonato.
Y en cuanto a FB, parece que tienes imán para que te sigan esas personas ¿o será la misma? También me parece una pena, porque para mí, es también una herramienta utilísima para dar testimonio. Porque, se quiera o no, muchas otras personas leen nuestros mensajes y si en ellos hay camaradería, amistad, comprensión, alegría, etc. pues se dan cuenta que esas cosas sí pueden existir entre los seres humanos.
Hay algunas personas interesantes como Martín Valverde, Alter Christus, Antonio González y por supuesto algunos compañeros blogueros, que siempre es un gusto leer.
De cualquier modo, por los blogs nos seguiremos viendo y siempre con mucho gusto, claro.
Un saludo Angelo.

Unknown dijo...

Marta, gracias por el link.
Ahora ¿tienes un blog sobre educación? Una de dos: o no lo sabía porque es nuevo, o no lo he ubicado como tal sólo por su nombre. Gracias nuevamente e iré a buscar ese blog del que hablas.

Unknown dijo...

Sor Ceci, usted, con cada mensaje me sorprende más.
Tiene toda la razón, las discusiones, cuando no tienen reglas claras y la voluntad férrea de limitarse a lo que se quiere arreglar, continuamente van dando vueltas y vueltas y vueltas por un sinfin de temas distintos e irremediablemente se termina alzando la voz y recriminándose uno al otro cosas guardadas en el corazón hasta con cierto rencor.
Por eso creo que debemos acostumbrarnos a platicar las cosas frecuentemente, para no ir acumulando temas que nos hagan divagar y mucho menos acumular rencores, que son como una olla express dispuesta siempre a estallar.