Piensa en una manera específica en la que te gustaría saludar hoy a tu pareja. Hazlo con una sonrisa y con entusiasmo. Después decídete a cambiar tu forma de saludarle para reflejar amor por él o ella.
A lo largo de mi vida he aprendido a saludar efusivamente a las personas que quiero. Pero no lo aprendí en casa; en mi familia no se acostumbra. Así que para mí ha sido un verdadero desafío llevar hacia mi esposo esta costumbre que durante años he llevado con mis amigos y recientemente con mis hijas. Me ha costado entender que la forma en que los esposos se saludan dice mucho de la relación que llevan. Y no es porque importe mucho que los demás "vean" esto. Es porque lo que más importa es que mi esposo lo vea y lo sienta.
Salúdense unos a otros con el beso fraterno. (1Pe. 5,14)
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