jueves, 24 de junio de 2010

24. AMOR VS. LUJURIA


Termínala ahora. Identifica cada objeto de lujuria en tu vida y quítalo. Selecciona cada mentira que has dejado entrar a tu vida en la persecución del placer prohibido y recházalo. A La lujuria no se le puede permitir vivir en la habitación de atrás. Debe ser matada y destruida  hoy mismo y ser substituida por las promesas seguras de Dios y un corazón lleno de Su amor perfecto.

¿En qué momento perdimos la brújula y dejamos de entender que el amor es respeto, fidelidad, intimidad y fuerza de voluntad para sostener todo esto?
Estamos acostumbrados a sucumbir ante nuestros instintos más básicos y confundimos el sexo, la pasión, la lujuria, la satisfacción con el amor. No nos damos cuenta que es debido a esto que muchos matrimonios fracasan, pues en cuanto dejan de recibir y de "sentir" todas estas cosas, entonces creen que el amor se acabó, cuando en realidad nunca lo hubo y comienzan a buscar en otros lados lo que confunden con amor. ¿Qué podemos hacer para inculcarle a los jovenes, enseñarle a nuestros hijos el verdadero sentido del amor y la fidelidad? Habrá que comenzar por demostrarlo a nuestro cónyuge y encargarnos de que le quede bien claro el amor que sentimos por él o ella.

Sean libres, pero no hagan de la libertad 
un pretexto para hacer el mal.
I Pedro 2, 16

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