jueves, 5 de diciembre de 2013

PAVO AL WHISKY



Opciones para una cena diferente.

Ingredientes:

- Un pavo de tres kilos

- Una botella de Whisky,

- Unas tiras de tocineta

- Aceite de oliva

- Sal y pimienta



Paso 1: Rellenar el pavo con la tocineta, atarlo, salpimentar y echarle un chorrito de aceite de  oliva.

Paso 2: Precalentar el horno a 180º durante 10 minutos.

Paso 3: Servirse un vaso de whisky para hacer tiempo.

Paso 4: Meter el pavo al horno.

Paso 5: Servirse otro vaso de whisky y mirar el horno con ojos ligeramente extraviados.



Paso 6: Ponerr el termoshtato a 150 gramos, grapdos y eshperar veinte minutosh.

Paso 7: Shervirshe otro vasho.

Vaso 8: Al cabo drun drato, hornir el abro bara condrolar y echar un chodreto de pavo al güisqui y odro de güiski a uno bismo.

Vaso 9: Darle la vuelda al babo y quebarse la bano al cerrar elorno, "bierda que queba...!!"



Passso 10: Ir la devera a buscar bielo para la kemabura e bonerle al guisqui, y al bavo.

Bassso 11: Indentarr sentarrse en uda silla y sebirrrse unosss chupitosss bientras basan los binutos

Parso 12: Retirar el horrrno del babo y recogerrrlo del suelo con un drapo, embujandolo a un blato, bandeja o ssssimilarrr.

Faso 13: Romberssse la cabezzzzzzzzza al refalar en la grasssa.

Paaasso 14: Indendar devandarse sin soltarrr la bodella y dras variosss indendosss, decidirr guedar en el ssssuelo...!

Bassssso 15: Appburar la potella y adrastrarse hasda la gama.

Paso 16: Despertarse a la mañana siguiente, tomarse 2 cafés, levantar el pavo, la botella, limpiar todo y apagar el horno.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

CÍTARA DE CARMÍN QUE AMANECISTE

Cítara de carmín que amaneciste
trinando endechas a tu amada esposa
y, paciéndole el ámbar a la rosa,
el pico de oro, de coral teñiste;

dulce jilguero, pajarito triste, 
que apenas el aurora viste hermosa
cuando el tono primero de una glosa
la muerte hallaste y el compás perdiste:

no hay en la vida, no, segura suerte;
tu misma voz al cazador convida 
para que el golpe cuando tire acierte.

¡Oh fortuna buscada aunque temida!
¿Quién pensara que cómplice en tu muerte
fuera, por no callar, tu propia vida? 
Sor Juana Inés de la Cruz