Cualquier cosa que no hayas perdonado todavía a tu pareja, perdónala hoy. Olvídala, déjala ir. Así como nosotros le pedimos a Jesús todos los días: “Perdona nuestras ofensas”, así debemos pedirle a Él que nos ayude a “perdonar a los que nos ofenden” todos los días también. El rencor nos mantiene en una prisión por largo tiempo. Dilo desde el fondo de tu corazón, “yo elijo perdonar”.
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