sábado, 31 de octubre de 2009

EL LUNAR




 Había una vez una señora que se manchó una parte del brazo con un poco de tinta. Estaba tan recóndita la mancha y le dio tan poca importancia al asunto, que cuando hubo oportunidad de lavarse y la mancha no salió, no le preocupó en absoluto.
Al cabo de poco tiempo, la mancha pasó a ser parte de su cuerpo. Se lavaba, sí. Pero no suficientemente fuerte como para que saliera de una vez la simple mancha. La comenzó a sentir tan parte de sí misma que asumió que era un lunar nuevo que le había salido. Todos conocían su lunar y lo aceptaban como tal.
Hasta que un día, uno de sus sobrinos pequeños, con su particular inocencia, se acercó a ella y de manera curiosa y despreocupada comenzó a “rascar” su lunar. ¿Cuál no sería su sorpresa que al cabo de poco tiempo, el lunar comenzó a desaparecer paulatinamente? El niño, asombrado gritó “¡mira tía, tu lunar ha desaparecido!”
¡Cuántas veces nos encontramos en una situación así! Estamos tan acostumbrados al nuevo ritmo de vida tan despreocupado, que ya no sentimos más ese dolor por “las manchas” que nos hacemos en el diario vivir. La vida, los medios, la sociedad se ha vuelto tan cínica y envolvente, que nos enseña y enseña a nuestros jóvenes a no sentir pena ni vergüenza por las “manchas” que se puedan hacer en su vida. De tal manera que, si robaste dinero, si obligaste a otro a tener sexo contigo, si tus mentiras sirvieron para hundir a alguien, si cometiste una infidelidad a tu esposa, si eres un jefe injusto con tus trabajadores, lo vemos simplemente como una pequeña mancha. Una mancha que al principio ni estorba, y cuando pasa el tiempo, menos. Comenzamos a sentirla como si fuera parte inherente de nuestro cuerpo, de nuestro ser y lo vemos tan normal como un lunar. Al fin y al cabo, “todo el mundo tiene lunares ¿no?”

viernes, 30 de octubre de 2009

DIA DE LOS FIELES DIFUNTOS


¿Cómo celebran en tu casa el día de muertos?
Esa fue la pregunta que trajo de tarea mi hija, la más pequeña, que todavía se encuentra en el Kinder o Jardín de niños.

Cuando estaba emocionada porque seguramente –ella pensaba- que en su escuela celebrarían el Halloween y les pedirían que fueran disfrazados ¡zaz! Las maestras le dieron un golpe bajo.
A mi hija, como a todos los niños actuales, le atraen los disfraces, los dulces y las fiestas del Halloween. Pero hoy aprendieron que en México se tiene otro tipo de tradición que sustituye a la fiesta que conocieron en Canadá.

El día de los Fieles Difuntos ha sido celebrado en México desde tiempos prehispánicos. Se recuerda a los familiares que se han adelantado para estar en presencia de Dios y lo hacemos con mucho cariño y dedicación, pero también con mucho humor que es parte esencial del mexicano.
Estas celebraciones se hacían en diferentes épocas del año por los indígenas prehispánicos, pero los frailes y religiosos que llegaron de España tuvieron la gran idea de unirlos y fusionarlos con las celebraciones cristianas haciendo coincidir las festividades católicas del Día de todos los Santos y Todas las Almas con el festival similar mesoamericano, creando el actual Día de Muertos.





Ponemos los famosos 
altares de muerto que se adornan con papeles multicolores, flores, cuadros, figuras y comida. Si, comida. Decían nuestros antepasados que los difuntos regresaban por las noches a comer y beber todo lo que ponían para ellos. 
Ponemos calaveritas de azúcar que por lo general llevan el nombre de los vivos, no de los muertos (parte del humor mexicano).


Y también hay otra clase de “calaveras”. Éstas son escritas, en forma de verso y con tintes humorísticos e irreverentes que hablan de la muerte de personas famosas o conocidas; de la familia, amigos, vecinos, etc.

En casa, la que pone el altar es mi madre. Uno muy pequeño pero significativo, con la foto de los abuelos, tíos y demás familiares que ya se encuentran con Dios. Adorna con flores, papel de colores, fruta, dulces típicos y una veladora. Ella comienza el día haciendo oración por todos ellos, recordándolos y contando anécdotas. Antes, hace muchos años, mi padre hacía las calaveras escritas. Siempre fueron muy bonitas, con mucho humor y comicidad y todos querían que les hiciera una.


Ya por la tarde, después de asistir a Misa, regresamos a comer “Pan de Muerto” acompañado por una deliciosa taza de chocolate y para los que no gustan del pan o chocolate, pueden gozar de un delicioso postre de calabaza en dulce.

Mis pequeñas hijitas se han dado cuenta que en México tenemos una tradición propia que también tiene mucho color, comida, dulces y diversión, donde honramos y recordamos a nuestros antepasados lejanos (lo que forma parte de nuestra cultura) y a nuestros antepasados cercanos (los familiares y amigos a los que aún nos une un gran cariño).


Parece que la Catrina
Anda por Veracruz
Dicen que anda buscando
A Teresa de Jesús.

¿Dónde se encuentra? Pregunta
Ya me cansé de no hallarla
La calle, el cine, la playa
El circo y hasta la plaza.

No te afanes mi huesuda
Seguro se encuentra en casa
Chateando con sus amigos
O escribiendo alguna carta.

Equivocaste la apuesta,
El tiempo y hasta el lugar
Es en Yahoo Respuestas
Donde la has de buscar.

Facebook, Twitter, “Recortitos”
En su perfil de Hotmail,
“Reflejos” o algún otro foro
Y hasta checando su mail.

Ay Teresa, Teresita
Por fin te hallé en tu portal
Hoy te llevo entre mis brazos
A la muerte, y no es virtual.

Ve preparando tu alma
Visita a tu confesor
Que ésta no la cuentas mañana
En ningún post de tu blog.




Para mayor información sobre la Historia del Día de Muertos:

miércoles, 28 de octubre de 2009

EL PERDÓN


Hace pocos años presencié una escena en televisión que me marcó profundamente. Estaba viviendo en Canadá y allá es común que transmitan programas de Estados Unidos, entre estos programas está uno que transmite algunos juicios o audiencias sobre casos especiales o muy conocidos. Esa vez, andaba yo saltando de canal en canal sin poder encontrar algo que me interesara, cuando me llamó la atención la escena que se estaba reproduciendo en uno de los canales estadounidenses.
Se trataba del caso de un multi homicida que había violado y asesinado a más de 25 niñas. Por lo que vi, el juicio ya estaba cerrado y lo único que se hacía en ese momento era escuchar a los familiares de las victimas expresar su opinión acerca de la sentencia a la que tenía que ser sometido este sujeto.
Todos y cada uno de los representantes familiares (padres, hermanos, abuelos) de las víctimas fueron pasando uno por uno a leer sus opiniones sobre el futuro de este sujeto. Obviamente todos querían la muerte para él. Todos querían la silla eléctrica, todos le escupieron en el rostro la amargura, el odio que dejó sembrados en ellos desde el momento en que les arrebató a sus pequeñitas. Todos lo veían con rabia, queriendo tal vez tomar justicia por su propia mano y deseando para él todo el sufrimiento que seguramente experimentaron las pequeñas víctimas y todo el sufrimiento que había dejado en los corazones de las familias y de la sociedad en general.
Mientras cada familiar pasaba a desbordar su odio y a exponer los motivos por los cuales este hombre debía ser sometido a la pena de muerte, el criminal en cuestión permanecía impávido, mirando fijamente al frente y esbozando pequeñísimas sonrisas de vez en cuando. No mostraba sentimiento alguno. Escuchaba, seguro; pero parecía no hacerlo por la nula reacción que mostraba ante tanto improperio y tanto odio.
Hasta que llegó ella…
Una señora de unos 45 o 50 años. Se veía acabada, con el cabello canoso; su voz era suave y la voz no le temblaba como a los demás cuando dirigió la palabra al condenado. Su hija adolescente había sido secuestrada, violada y asesinada por el hombre que tenía frente a ella. Se paró frente al micrófono y le dirigió unas palabras:
“Me has arrebatado a lo único que tenía en la vida. A mi razón de vivir, a mi alegría y mi esperanza. Pero no estoy aquí para condenarte. No te odio ni te desprecio. Quiero decirte que yo te perdono, te perdono desde hoy por todo el daño que me has hecho, porque no quiero llevar en mi corazón ni un momento más el odio y la amargura que he sentido hasta ahora. Que la ley de los hombres te imponga el castigo que merezcas y que Dios se apiade de ti”.
En esos momentos, el criminal se volteó a ver de frente a la persona que le hablaba (no lo había hecho con ninguno de los demás). La vio a los ojos y se echo a llorar. Como un niño, escondió su rostro entre los brazos recargados en la mesa que tenía frente a sí. Lloraba y lloraba, derrotado por el perdón de esta mujer a la que había causado tal vez el dolor más fuerte de su vida. Y yo lloraba junto con él de la misma forma en que lo hago ahora mientras narro la escena.
Porque no creo haber visto algo más fuerte en mi vida.
Primero lloraba y entendía a todos lo que pasaron antes, dolidos, furiosos, llenos de odio por haber perdido a sus hijas a manos de este monstruo perverso.
Después lloré sorprendida ante las palabras de esta mujer. ¡Cuánto valor! O cuánto amor, o cuánto Dios se necesita para hacer lo que ella hizo. Yo no sé si sería lo suficientemente fuerte para hacer algo parecido.
Y finalmente lloré con él, con el criminal. Con aquel monstruo convertido en niño que lloró tal vez ante el primer indicio de amor o compasión que sintió en su vida y que paradójicamente vendría de una persona a la que le hizo tanto daño.
No fueron las palabras duras, ni los insultos, ni el odio, ni el resentimiento lo que hizo que este hombre reaccionara. Fue el perdón.
Y habemos tantos en este mundo que ni siquiera podemos perdonar a aquel que habló mal de nosotros o que inventó un chisme o que nos robó dinero o que nos traicionó.
¿Qué se necesita para perdonar así?


"Padre, perdónalos, porque 
no saben lo que hacen"
(Lc. 23, 34)



martes, 27 de octubre de 2009

LA PAREJA EN LA FAMILIA


Hablando de la importancia de la familia, hace algunas semanas recibí este mansaje en mi correo electrónico y me he animado a compartirlo con ustedes.


Hace algunos años, cuando todavía era soltero y joven, tuve una clase muy especial. Fui a ella con una chica llamada Norma, que en ese entonces era mi novia, y puedo asegurar que la lección que aprendimos ese día impactó muchísimo mi vida.
No recuerdo mucho el tema de la clase, pero lo que sí recuerdo con mucha frecuencia es la dinámica que se realizó en ella. Para empezar, nos sentamos todos en círculo, y entre bromas, nos pidieron a Norma y a mí que nos sentáramos juntos.
La persona que daba la clase dijo entonces: “Supongamos que Pablo y Norma se acaban de casar”. Ambos nos miramos con los ojos muy abiertos y tragamos saliva.
La instructora continúa: “Ellos han construido su hogar, establecido sus reglas y comienzan a ser muy felices”.
Con el tiempo viene el primer hijo”. Llamaron a otro los joven y le pidieron que se sentara entre nosotros. “Norma y Pablo le dan la bienvenida a su hogar y le tratan con mucha ternura y cariño. Pero como suelen ser las cosas, tienen entonces otro hijo”.
Pidieron a otro joven que se sentara junto a su “hermano”, entre nosotros. “La familia va creciendo y tienen buenas normas; los chicos se tratan con mucho cariño y los papás vigilan que no haya riñas entre ellos. Son muy buenos padres y literalmente dedican su vida a ellos”.
Norma y yo nos vimos en esa ocasión muy productivos, porque tuvimos unos tres o cuatro hijos más. En cada ocasión pidieron a uno de los jóvenes o jovencitas que se sentaran en medio de nosotros.
“El tiempo pasa, y llega el día en que los hijos hacen su propia vida. Primero Julio se casa y forma su propio hogar (´Dejará el hombre a su padre y a su madre´)”. Vamos déjalos Julio, ahí deja tu silla.
Julio, nuestro primer “hijo” se levanta y ocupa su nuevo lugar. “También Marthita y Linda encuentran buenos partidos y se casan”. Las chicas se levantaron y dejaron su lugar. Así, cada uno de nuestros hijos se fue “casando” y dejando sus sillas vacías.
Cuando todos hubieron terminado de irse, la instructora hizo una pausa y luego dijo: “ahora miren la distancia que existe entre ellos”, y calló nuevamente.
Efectivamente, había entre nosotros una distancia enorme de sillas vacías; a mí me pareció kilométrica. Me hice muchas preguntas entonces: ¿Qué pudo haber causado ese hueco enorme? Como si leyera mi mente, la instructora respondió entonces algunas de las preguntas que me hacía. “Pablo y Norma han cometido un gran error, porque han permitido que sus hijos se interpongan entre ellos, y ahora que están de nuevo solos, tendrán que empezar desde el principio”.
¿Qué habíamos hecho mal?
¿Acaso no nos habíamos dedicado con fervor a nuestros hijos?
¿O era ese precisamente el problema?
La instructora nos explicó el error de darlo todo por nuestros hijos. Explicó que la base y fundamento del hogar nos son los hijos, sino la pareja y que ésta debe permanecer unida contra viento y marea.
De hecho, el mejor regalo que se puede dar a nuestros hijos es el hecho de saber que sus padres se aman, que permanecen unidos; y ellos aprenden a amar en función de cómo aprenden que se aman sus padres.
Si los padres no salen juntos, no se siguen cortejando con frecuencia, no se hablan con “tiernos acentos” y no se comunican entre ellos de manera frecuente y especial, es escasa la probabilidad de tener hijos espiritual y emocionalmente estables, y cuando ellos partan de casa, nos encontraremos incomunicados y encontraremos a nuestra pareja a una enorme distancia, sin saber del todo cómo recuperar lo que nuestro propio descuido ha dejado que se pierda con los años.
Y no es egoísmo, por el contrario, es un seguro de vida para ellos y para nosotros mismos; para garantizar la vida futura. La vida familiar tendrá que girar no en torno a ellos, sino en torno de los padres.
Los padres deben recordar que una relación de verdadero amor con su pareja es el mejor regalo que pueden darles, su principal prioridad y su mayor herencia, y la forma de enseñarles a sus hijos a amar y de garantizar así su verdadera felicidad, temporal y eterna.
Ellos se escogieron primero, ellos dan la bienvenida como invitados a los hijos. Estoy aplicando esto con mi novia actual. Mi única novia.
Mis hijos saben que tendrán una plática conmigo si faltan el respeto a su madre. Y mi esposa, mi novia, les recuerda que en ocasiones necesitamos espacios para platicar y estar juntos.
Encuentro que es más fácil darlo todo por los hijos de esta forma, si uno sabe que el amor por la pareja está creciendo. Es la fuente de donde uno puede extraer todas las fuerzas.
Como hijos aprendemos más de un ejemplo que de mil palabras.

“Los frutos no se alimentan, se alimenta el árbol.
Un árbol fuerte y sano da frutos buenos”.






lunes, 26 de octubre de 2009

SALTANDO ETAPAS


Parece que es la moda actual, todo el mundo se salta etapas. Prácticamente está desapareciendo la época del noviazgo; los chicos se conocen y el mismo día están teniendo relaciones sexuales, sin ninguna etapa de conocimiento previo. Se saltan el ciclo de la amistad y se adelantan al del matrimonio.
Los “novios” que sin haberse conocido lo suficiente, sólo porque se llevan bien y tuvieron relaciones sexuales exitosas, se casan pensando que eso los sostendrá durante el tiempo suficiente. Obviamente ya no se casan pensando que será para toda la vida.
Hay muchos que primero son padres y luego se casan, perdiéndose así la etapa de “luna de miel” que de manera normal tendría que vivirse entre un matrimonio antes de que lleguen los hijos.
Y ahora, también está de moda que primero se divorcian y luego son “los mejores amigos”.
Cuando los hijos llegan, muchas veces somos los padres los que colaboramos y presionamos para que desde pequeños empiecen a saltarse etapas.  Los queremos hacer caminar antes de tiempo, “Mi hijo aprendió a caminar a los 9 meses, fue muy adelantado para su edad”. Los presionamos para que dejen el pañal lo más pronto posible: “Mi niña comenzó a avisar para ir al baño desde los 18 meses”, “mi bebé dijo –mamá- a los 6 meses”, etc. y todo por una desbocada competencia que no encierra ninguna importancia vital. Los niños aprenden a caminar, hablar, ir al baño, en tiempos diferentes, en SU TIEMPO particular.
En fin, cuando son más grandecitos, los padres otra vez, participamos en más saltos de etapas. A las niñas las vestimos con minifaldas, zapatillas, collares, etc. les permitimos que se maquillen y que se comporten como señoritas cuando apenas tienen 8 o 10 años. A los niños se les comienza a preguntar cosas como: “¿ya tienes novia?” Cuando apenas están en el kindergarten y celebramos y hasta presumimos cuando al chico se le ocurre decir “Sí”. No nos importa que vean películas o programas en la tv que no son aptas para su edad.
No nos extrañe entonces que los parques cada vez estén más vacíos de niños.
En Canadá tuvimos problemas varias veces con algunos adolescentes que se apropiaban de los juegos para niños: columpios, resbaladillas, pasamanos, estaban totalmente ocupados por muchachos y muchachas de 1.70 m. que impresionaban a nuestras pequeñas y las hacían desistir de jugar.  “¿Por qué los muchachos están en nuestros juegos?” –Preguntaba mi hija- “Porque no tuvieron infancia” –pensaba yo- .
Los niños quieren se grandes. Los adolescentes quieren ser adultos. Los adultos quieren ser adolescentes. Mamás con bebés en brazos que tienen edad para jugar con muñecas. Señoras de 50 que se comportan y actúan y visten como si tuvieran 18. Jovencitos de 12 años ansiosos por perder su virginidad. Señores de 80 acosando jovencitas.
El asunto es que nadie vive ni disfruta  su verdadero tiempo y nos encontramos con seres desfasados que no encajan en ningún lado.

viernes, 23 de octubre de 2009

Concurso de Microrrelato La Nave Fue y Volvio

Les comparto una serie de pequeños relatos que se encuentran participando en un concurso. Hay unos muy buenos y como son pequeños, pues no invierte uno tanto tiempo.

http://concursolanave2.blogspot.com/2009/10/creacion-0483.html




http://concursolanave2.blogspot.com/2009/10/amanda-0603.html#links



http://concursolanave2.blogspot.com/2009/10/magda-0619.html

LA FELICIDAD




La felicidad es algo natural en el hombre, la mayoría de los niños son felices.
Ellos encuentran la felicidad en las cosas sencillas; un juguete, un dulce, un amigo, un abrazo, un cuento. Los niños ríen, juegan, se divierten y, en general, son felices.
¿Por qué entonces es más difícil para los mayores ser feliz?
Si consideramos que somos responsables de nosotros mismos alrededor de 40 años (de los 20 a los 60) y que la tercera parte de nuestra vida dormimos (algunas personas duermen la mitad de su vida, pero veamos a la mayoría) en realidad vamos a estar aquí más o menos 27 años.
Este pequeño lapso es nuestra única oportunidad de ser nosotros mismos. Nunca ha existido alguien como tú y nunca volverá a existir.
¿No es entonces una tontería desperdiciar el poco tiempo que tenemos en preocuparse, en discutir, en amargarse, en no ser feliz? La vida es una fiesta a la que fuiste especialmente invitado, tienes dos opciones: Quejarte de la música, no bailar porque “no sabes”, no comer pastel porque “te hace daño”, no hablarle al chico o a la chica que te gusta porque eres “tímido”, en fin, pasarla de lo peor.
La otra opción es ser el alma de la fiesta y divertirte como nunca.
Todo depende de ti.

Francisco J. Ángel

miércoles, 21 de octubre de 2009

NOVIAZGO EXPRESS






¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? Este es un dilema que en nuestra infancia tal vez nos divirtió mucho, discutiendo que la gallina no pudo ser primero, pues tuvo que nacer de un huevo y éste tampoco pudo existir antes, pues alguien tuvo que poner ese huevo. En fin que es un clásico “cuento de nunca acabar”.
Bueno, pues en el tema de la familia andamos con un dilema semejante. Algunos piensan que el tema debe abarcarse desde el noviazgo, otros dicen que es en el matrimonio y finalmente hay quien opina que es cuando llegan los hijos.
A mí me enseñaron que es desde el noviazgo desde donde se empiezan las bases para formar una buena familia con valores. Y aprendí la gran importancia que tiene esta etapa para la vida futura.
Desgraciadamente, en la actualidad se le ha restado importancia a esta etapa y se le ha desvirtuado como a muchas otras cosas en la vida.
El noviazgo es una etapa de conocimiento. Es un paso posterior de la amistad pero anterior al matrimonio. No se pueden saltar etapas.
Primero hay que saber ser amigo. Hay que tener muchas amigas y amigos para poder conocer, comparar, discriminar (en el buen sentido de la palabra) lo que queremos o no queremos para nuestro matrimonio y futura vida familiar.
En la actualidad es muy común guiarse sólo por la apariencia física. Me gustas, ten sexo conmigo. Ni siquiera se utiliza el término novio/a para llamar a quien anda contigo. Ahora se dice “es mi pareja” o es un “amigo con derechos”. Por supuesto que estos “derechos” se refieren a tocarme, abrazarme, besarme, tener relaciones sexuales, etc. pero generalmente no implican ninguna obligación ni compromiso. “Somos libres” dicen los chicos; y esta libertad significa relacionarse con cuantas personas deseen en los mismos términos arriba mencionados sin reparar en la promiscuidad que esto significa ni en los riesgos que se corren de contraer enfermedades muy serias o un embarazo no planeado.
Pero no nos damos cuenta (ni los adolescentes ni los adultos) que este mal inicio es responsable en buena parte de la actual crisis en las familias que tenemos. Es obvio y normal que los noviazgos express (con poco tiempo de amistad) deriven en matrimonios express (con poco tiempo de noviazgo) y por lógica elemental terminen en divorcios express (con poco tiempo de casados).







lunes, 19 de octubre de 2009

¿SABEMOS COMUNICAR LA CARIDAD DE CRISTO?

Me encontraba vagando por el ciberespacio de una página a otra, de un blog a otro, de un correo electrónico a otro, cuando me he encontrado con este escrito en Catholic.net y he sentido el deseo de compartirlo. Somos muchos los que de una manera u otra nos enocontramos en la blogosfera, tratando de poner nuestro granito de arena para inclinar la balanza en este medio en el que parece que hay demasiada porquería flotando libre para que lo encuentren los niños, jovenes y adultos que buscan de manera insaciable algo que los colme. Si de alguna manera, queremos que cuando pasen por nuestro espacio encuentren algo que los incline a quedarse o a regresar en otro momento, debemos aprender y entender el compromiso de comunicar la caridad de Cristo de tal manera que brote y salte desde las letras, pasando por el monitor y llegue hasta el propio corazón de quien se encuentra leyendo.
Autor: Remedios Falaguera
¿Sabemos comunicar la caridad de Cristo para solucionar los males que afectan a nuestra sociedad?

Es responsabilidad de todos trabajar para que, como dice el Salmo , “la misericordia y la verdad se encuentren; la justicia y la paz se besen


¿Sabemos comunicar la caridad de Cristo para solucionar los males que afectan a nuestra sociedad?
¿Sabemos comunicar la caridad de Cristo para solucionar los males que afectan a nuestra sociedad?
Que los miembros del Comité Nobel Noruego hayan galardonado con el Nobel de la Paz 2009, al presidente estadounidense, Barak Obama, me lleva a un estado de alucinación severo. Sobretodo, si damos un vistazo a los personajes extraordinarios que han “eliminado” como , por ejemplo, Sima Samar, de 52 años, ministra de Asuntos de las Mujeres en Afganistán e incansable defensora de los derechos humanos, o el príncipe Ghazi Bin Muhammad Bin Talal de Jordania, nominado por sus esfuerzos por un diálogo pacífico entre religiones y culturas,o la mismísima Ingrid Betancourt.

Pero, y esto es el meollo del tema que me ocupa, los asesores de comunicación del presidente Obama son unos auténticos genios de la comunicación. Y no solo por el gran trabajo que han realizado para “vender” al Sr. Obama como el nuevo Mesías del S.XXI. Sino, por el impresionante y rápido discurso ante la opinión pública, que han preparado para el presidente, como respuesta de agradecimiento. Es una joya que no tiene desperdicio: “Estoy tanto sorprendido como profundamente abrumado por la decisión del Comité Nobel (…) siento que no me merezco estar en compañía” de las importantes personalidades que han recibido el galardón, “hombres y mujeres que me inspiraron e inspiraron a todo el mundo (…)este premio debe ser compartido con cualquiera que luche por la justicia y la dignidad; con la joven que marcha en silencio por las calles en nombre de su derecho a ser escuchada, incluso ante golpes y balas; con la líder encarcelada en su propia casa porque se niega a abandonar su compromiso con la democracia; con el soldado que se sacrifica (…) por alguien a medio mundo de distancia; y con todos aquellos hombres y mujeres en todo el mundo que sacrifican su seguridad y su libertad y alguna vez sus vidas por la causa de la paz".

Ahora bien, que “los hijos de las tinieblas, son más astutos que los hijos de la luz” es algo que vemos diariamente en esta sociedad en la que vivimos. Y esto me lleva a preguntarme: ¿Cómo comunicamos los cristianos la caridad de Cristo para solucionar los males de nuestra sociedad? ¿Captamos la atención de la gente con mensajes ATRACTIVOS Y FACILES DE ENTENDER para las mujeres y hombres de a pie, o les aburrimos con escritos y sermones densos que no entienden?
Muchos de ustedes, seguramente, esperan que a continuación realice una especie de disquisición rigurosa sobre la importancia del trabajo de los periodistas cristianos, o cómo deben aprovechar con éxito los medios de comunicación, especialmente las nuevas tecnologías, para transmitir el mensaje de Cristo.

Pero, y siento desanimar a alguno de los lectores, no lo voy a hacer. Y, ¿saben porqué? Muy sencillo.

En primer lugar, porque soy de las que piensan que construir una sociedad más humana a través de los medios de comunicación es una tarea que nos corresponde a TODOS, y no solo a los profesionales de la comunicación.

Y no solo porque somos simples emisores y receptores de los mismos, sino – y esto es lo más importante-porque somos hijos de Dios, y como tales debemos “contribuir a que el amor y la libertad de Cristo presidan todas las manifestaciones de la vida moderna: la cultura y la economía, el trabajo y el descanso, la vida de familia y la convivencia social”, como solía aconsejar San Josemaria Escrivá de Balaguer.
(Surco 302)

Es más, acostumbrado como estaba a rezar por el apostolado en el mundo cuando veía el globo terráqueo girando sobre si mismo en la carátula de los telediarios, no resulta extraño que afirmará: “Es muy grande la tarea. Dios nos llama a llenar de amor este pobre mundo nuestro, porque es nuestro: es obra de Dios y nos lo ha dado por heredad. “Pídeme, y te daré las naciones como herencia, y como propiedad, los confines de la tierra (Sal 2, 8). Tened en cuenta que lo posible lo hace cualquiera, y Dios Nuestro Señor nos pide -y nos da su gracia para conseguirlo- que hagamos cosas que os parecerán imposibles”.

Y en segundo lugar, porque como pudimos oír a Benedicto XVI el pasado 29 de septiembre, en la homilía de la festividad de San Wenceslao, patrón de la República Checa: “Hoy se necesitan personas que sean “creyentes” y “creíbles”, dispuestas a difundir en cada ámbito de la sociedad esos principios e ideales cristianos en los que se inspira su acción. Esto es la santidad, vocación universal de todos los bautizados, que empuja a cumplir el propio deber con fidelidad y valentía, mirando no al propio interés egoísta, sino al bien común, y buscando en todo momento la voluntad divina”.
Ahora bien. Detengámonos un momento a considerar algunas cuestiones relacionadas con el tema que nos ocupa:

¿No lloran nuestros corazones cuando vemos los ataques para excluir a Dios de nuestras vidas? ¿Nos resignamos con impotencia ante las permanentes agresiones?
¿Sabemos dar un toque cristiano para resolver los males que afectan a nuestra sociedad?
¿Nos callamos por miedo o vergüenza de que nos acusen de ser “políticamente incorrectos”?
¿Nos sentimos acomplejados y decimos como aquel “yo, ¿por qué me voy a meter en la vida de los demás?- a lo que San Josemaria le contestaba:

“— ¡Porque tienes obligación, como cristiano, de meterte en la vida de los otros, para servirles!

—¡Porque Cristo se ha metido en tu vida y en la mía!”?

¿Somos conscientes de que hacer frente a los ataques contra la familia, el matrimonio, la educación, etc. es tarea de todos los cristianos conscientes de que -en palabras de Benedicto XVI – nos corresponde “a nosotros -no con nuestros pobres recursos, sino con la fuerza que viene del Espíritu Santo- dar respuestas positivas y convincentes a las expectativas y a los interrogantes de nuestra gente”?
¿Estamos preparados para defender con argumentos claros y precisos las posturas, opiniones o doctrina de la Iglesia; o nos columpiamos, como dicen hoy los jóvenes, dejando que sean los obispos, sacerdotes, o fieles de “más prestigio”, los que den la cara?

Una vez dicho esto, solo nos cabe recordar aquellas palabras de Mateo: “GRATIS LO RECIBISTEIS; DADLO GRATIS”.
Dicho de otro modo, “Las grandes cosas de la vida –Dios, el amor y la verdad - son gratuitas y diría que sobre ello debemos meditar a menudo. Sobre esta gratuidad de Dios. Sobre el hecho que no hay necesidad de grandes dones materiales ni intelectuales para estar cerca de Dios: Dios está en mí, en mi corazón y en mis labios (…) El hombre que descubre la intimidad con lo divino debe testimoniarlo con todo su ser. Debe testimoniar la verdad de la caridad de Dios porque ésta es la esencia de la religión cristiana (…)La caridad de Dios debe ser anunciada a la humanidad. A cada hombre, que para un cristiano es prójimo y hermano"(Benedicto XVI en la II Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos).
Y hoy, más que nunca, es preciso que los cristianos anunciemos con valentía los valores de la fe del que se sabe testigo de la Verdad.
¿Pero cómo?, me preguntareis algunos. Cada uno verá cual es su situación concreta y qué puede hacer.

Unos podrán escribir cartas al director, otros, participar en las tertulias radiofónicas y foros; algunos, podrán organizar ciclos de conferencias, o, simplemente, comentar artículos en las paginas de Internet de los diarios digitales…, esos si, con respeto y firmeza, con flexibilidad, con descaro y sentido del humor; con humildad y comprensión; con fe y optimismo sobrenatural,…Y, “el que no pueda escribir, ni hablar, que rece todos los días” por los que sirven a Cristo en esta tarea tan difícil a la vez que apasionante.
No obstante, una cosa debemos tener muy clara: es responsabilidad de todos trabajar para que, como dice el Salmo , “la misericordia y la verdad se encuentren; la justicia y la paz se besen. La verdad brote de la tierra, y la justicia mire desde los cielos. Jehová dará también el bien,
Y nuestra tierra dará su fruto. La justicia irá delante de él,
Y sus pasos nos pondrá por camino” (Salmo 85 ,10-13).
Solo así, siguiendo los pasos del Padre Eterno, venceremos en este gran desafío que tenemos ante nosotros.
Dios está de nuestra parte y nos “ guía por el camino justo, haciendo honor a su Nombre. Aunque pase por un valle tenebroso, ningún mal temeré, porque Tú estás conmigo”. (Salmo 23)
Una vez le preguntaron al padre Raniero Cantalamessa, el predicador del Papa, cuál era el secreto de la comunicación católica. Y contesto: “si queremos evangelizar a través de los medios de comunicación social, el secreto es sencillo: estar enamorados de Cristo”.
Esta es nuestra fuerza: el amor a las personas porque amamos a Jesucristo. “La caridad de Cristo nos urge”, como nos recordaba San Pablo. Y los males de nuestra sociedad la necesitan con urgencia.



Comentarios a la autora rfalaguera@gmail.com

http://es.catholic.net/laicos/466/991/articulo.php?id=43805


miércoles, 14 de octubre de 2009

UN DÍA, UN TEMA, MILES DE VOCES.






DESDE MI PUNTO DE VISTA

Muchas de las cosas que suceden en nuestro mundo son importantes. Por supuesto que podemos jerarquizar y considerar que unas son más importantes que otras, sin embargo caeremos en el riesgo de ser parciales ante tal o cual tema, ya que lo que para unos es importante, para otros no lo es tanto.
Una de las cosas que más preocupan hoy día, es la naturaleza. Los animales, las plantas, la vida futura del ser humano. La escases del agua, la contaminación, la deforestación, el calentamiento global y el cambio climático.
Tal vez para la parte de la humanidad que vive en los países de primer mundo, con estaciones bien marcadas, con gobiernos que se preocupan por elaborar, respetar y hacer respetar leyes que protejan el medio ambiente y que ayuden a generar conciencia social en sus ciudadanos, pues no sea una situación tan grave o apremiante el tema del cambio climático.
Pero para quienes vivimos en países en vías de desarrollo o de plano del tercer mundo y que además habitamos en una parte del globo que no nos beneficia mucho, donde sólo tenemos prácticamente una estación al año: verano, pues la situación es más delicada. En lugares como el que yo habito, de abril a agosto hace un calor infernal y de septiembre a marzo sólo hace calor.
Yo no sé mucho acerca del dióxido de carbono, de los gases contaminantes, del efecto invernadero, de la temperatura del sol o de la capa de ozono. No tengo idea de las explicaciones científicas, lo que sí sé es lo que pasa actualmente con el clima en el mundo: los huracanes cada vez son más intensos, aquellos lugares que antes fueron de tierra fértil para el cultivo hoy son zonas desérticas que no generan ni el mínimo de ganancia a los campesinos que habitan ahí, los ríos se desbordan con más facilidad porque las precipitaciones pluviales son más intensas y se dan en zonas distintas a las que se daban antes.
Las opiniones varían, hay quienes afirman que esto es mentira y que se está exagerando. Otros más dicen que si no podemos diagnosticar que tiempo hará mañana, menos lo haremos con el tiempo dentro de 300 años.
Pero para don Juan Hernández, campesino del estado mexicano de Puebla, le es de vida o muerte observar que la tierra no es igual de 20 años para acá. Que su parcela no rinde igual y que el calor cada vez más sofocante le impide cosechar manzanas de la misma calidad.
Zonas donde antes no llovía, ahora sufren de inundaciones y otras que hasta presas tienen construidas debido a las altas precipitaciones que históricamente se generaban, ahora sufren sequías que hacen estragos en el ganado, la siembra  y hasta las vidas de sus habitantes.
Los entendidos podrán decir lo que quieran, pero que vengan y se lo expliquen directo y a la cara a todas estas personas que lo único que tienen claro es que su mundo, su pueblo y su tierra ya no es igual que la de sus padres.
Solo porque a mí no me afecte, porque me encuentro bien cómoda en mi habitación con aire acondicionado, en mi casa lejana a cualquier tragedia natural como desborde de ríos, incendios forestales, etc. no tengo la obligación de hacer algo, ALGO, lo mínimo que pueda yo hacer para colaborar un poco en esta lucha tan difícil. 

"Blog Action Day: 
un día, un tema, miles de voces"














CALENTANDO MOTORES -sin contaminar-


Mañana es el día fijado para el BLOG ACTION DAY dedicado al cambio climático. Y para ir “calentando motores” les dejo este extracto de una carta escrita el año pasado y dirigida a los gobernantes de los países mas involucrados en este problema mundial.
Ya mañana publicaré mi muy humilde punto de vista acerca de este tema que me parece importante, puesto que desde muy pequeña aprendí que este es el mundo que Dios creó para mí y debo cuidarlo.
Blogs Clarin ^ PARA REFLEXIONAR ^ La Convención sobre el Cambio climático debe escuchar a los pobres
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La Convención sobre el Cambio climático debe escuchar a los pobres



ROMA, 15 de diciembre de 2008


Más de 80 obispos dirigieron una carta a los gobiernos involucrados. La carta llama a la solidaridad con los pobres del mundo y a la acción rápida y sostenida a propósito del cambio climático en los países industrializados.
"Las comunidades de los países en vías de desarrollo han sido las más duramente golpeadas por el cambio climático a pesar de ser las menos responsables de causarlo.
Tenemos la obligación moral de asegurar que los países reciban la asistencia financiera y técnica que necesitan para adaptarse al cambio climático y para generar mejores condiciones de vida para su gente.
Las personas en países como Bangladesh dependen completamente del clima. Nuestra agricultura y por ende toda nuestra cultura está basada en el agua de las lluvias y de los ríos. Con el cambio en los patrones de las precipitaciones, las tormentas más duras y las largas sequías ya están costando vidas y alterando formas de subsistencia.
Durante los últimos años hemos visto un rápido incremento en la necesidad de auxilio y en la provisión de alimentos de emergencia. Se estima que en los próximos 10 años habrá 200 millones de refugiados debido a cuestiones climáticas, de los cuales el 25%, 50 millones de personas, serán de Bangladesh.
Los países industrializados son responsables del 70% del dióxido de carbono emitido desde el comienzo de la era industrial. Los países en vías de desarrollo tienen menor capacidad de reacción y son más vulnerables a los cambios en los patrones climáticos, las tormentas catastróficas y otros efectos del cambio de clima.
…no debemos olvidar que si no nos ocupamos del cambio climático ahora, el precio que tendremos que pagar en los años venideros será de una escala humana y financiera que todavía no podemos comprender”.
 Esta campaña reunirá a cientos de miles de católicos que presionarán a sus gobiernos para negociar un acuerdo climático socialmente justo post 2012, que debería incluir el apoyo seguro y suficiente de los países industrializados a los países en vías de desarrollo para ayudarlos a adaptarse a los impactos del cambio climático.