Socorrer a los necesitados es un deber de justicia aun antes que un acto de caridad.
Benedicto XVI
Hace apenas unos días estuvimos escuchando en la lectura del Evangelio la lectura sobre la transfiguración de Jesús. Y aunque ya ha pasado, no quise dejar de lado este comentario que me ha parecido muy bueno e ilustrativo y que a mi hija le ha gustado mucho también.
LA TRANFIGURACIÓN AL REVÉS
Cuando Cristo se transfiguró en presencia de sus apóstoles, "su rostro se puso resplandeciente como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la nieve".
Entonces se oyó una voz que venía del cielo y que decía: "Este es mi hijo muy amado, escúchenlo".
Hoy en día, Cristo sigue tranfigurándose delante de sus discípulos, pero al revés; es decir, su rostro ya no resplandece como el sol, sino que se oculta bajo las facciones mas bien oscuras de nuestros indígenas y bajo una capa de mugre en la cara de nuestros pobres citadinos.
Sus vestiduras ya no son blancas como la nieve, sino que tienen ese color indefinido de la suciedad de nuestros caminos rurales y de nuestras calles urbanas.
Pero el Cristo e nuestras zonas campesinas y de nuestros barrios pobres sigue siendo el Cristo del Tabor.
Y la voz del Padre que aquel día se dejó oír en la cumbre del monte, sigue diciéndonos ahora:
"ESTOS SON MIS HIJOS MUY AMADOS
. . . . ESCÚCHENLOS"
4 comentarios:
toda la razón! gracias! un abrazo!
de quién es el comentario?
Hola Marta. Anoche, con la desvelada y todo, se me olvidó poner la leyenda que siempre pongo.
Así con nombre y apellido no tengo la menor idea de quién haga estas reflexiones, pero son algunas de las que salen en el misal anual que compramos en casa para las misas dominicales.
♥
ah! qué interesante!
sácale una foto al misal, para ver cómo se ve, please!
es un misal mexicano?
saludos!
Publicar un comentario