María es pobre y peregrina. Con su “hágase” entra en la gran aventura de la fe adulta. Con este paso, la Madre quemó las naves, no podrá volver atrás. María es de la estirpe de Abraham, es mucho más que Abraham en el monte Moriah. María es la hija fuerte de la raza de los peregrinos, que se sienten libres, saltando por encima del sentido común, normalidades y razones humanas; lanzándose en el Misterio insondable y fascinante del Tres Veces Santo, repitiendo infatigablemente: amén, hágase.
¡Oh Mujer Pascual! Nació el Pueblo de las Bienaventuranzas con su Reina al frente.
¿Quién fue María? Fue la mujer que dio un Sí a su Señor y luego fue fiel a esa decisión hasta las últimas consecuencias y hasta el fin de sus días. Fue la mujer que extendió un cheque en blanco, la que abrió un crédito infinito e incondicional a su Señor Dios y jamás se volvió atrás ni retiró su palabra. ¡Oh Mujer Fiel!
VIRGEN FIEL
VIRGEN FIEL
¡OH SEÑORA MÍA, Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti; y en prueba de mi amor de hijo te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, Madre buena, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén
Padre Ignacio Larrañaga
El Silencio de María
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