lunes, 4 de marzo de 2013

FE



Anuncio del nacimiento de Juan Bautista, el Precursor (Lc. 1, 1-25)


A veces me siento como Zacarías: cuando veo, escucho o tomo conciencia de que Dios me está mandando una señal, de repente dudo, pregunto, cuestiono.

Es como si todo el tiempo estuviera pidiendo a Dios un rosal, y justo cuando me da la semilla, el agua y la tierra para sembrarlo y obtener lo que tanto tiempo pedí, entonces preguntara: “¿y por qué a mí?”

De cualquier manera, Dios concedió la dicha a Zacarías e Isabel de tener el hijo que tanto deseaban ¡y qué hijo! Tal como a mí, a pesar de mi testarudez e inconciencia, me sigue proveyendo de todo lo que Él sabe que me hace falta.

Perdón por mi falta de fe e ingratitud Señor.


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