La otra vez iba yo a subir al camión para ir a la escuela, y al querer abordar apenas el primer escalón, mero y me voy para atrás. Perdí el equilibrio porque me ganó el peso hacia atrás. Y sí, bueno, mi peso específico influye ¿verdad?, también lo hacía el peso de mi portafolios que iba lleno de libros, papeles, la computadora, etc. Sin embargo después de que por fin logré subir y alcanzar un lugar para poder resollar, me puse a pensar por qué era la primera vez que me sucedía algo así y conforme fue avanzando la unidad y recogiendo mas pasaje me di cuenta que el primer escalón era sumamente alto y que no solo a mí, sino a cada uno de los pasajeros le significaba un triunfo acceder a la unidad.
Esto me hizo caer en la cuenta de que en mi ciudad los autobuses no son accesibles a personas con discapacidad ¿será mucho pedir? Y bueno, como ya lo platiqué al principio, al ser muchos los dueños de las líneas de transporte, pues no cualquiera se anima a hacer el gasto para poner autobuses accesibles, pero ¿entonces? ¿Hasta cuándo? Y ¿qué harán las personas de la tercera edad para poder subir a estas unidades?
6 comentarios:
No sólo los autobuses. Hay pocas cosas hechas para ellos. Piensa en una lata de refrescos, no tienen fuerza para tirar de la anilla. Lo mismo ocurre con las de conservas, y una botella de vino ni te digo.
Parece que ellos no entran en la sociedad.
Un abrazo fuerte Tere
Acá se implementó un sistema de transporte que ha sido un tonle sin fondo y el desastre más clamoroso de los gobiernos anteriores. Una cosa es rescatable, eso sí: los paraderos son altos y mi madre puede subir sin el esfuerzo titánico que le significaba antes.
Saludos y cuidado. Otra vez puede que no la cuente en el blog ni en ningçun sitio.
Muy buen articulo, estoy casi 100% de acuerdo contigo :)
Buen articulo, estoy de acuerdo contigo aunque no al 100%:)
Es cierto Angelo. Yo ni siquiera había reparado en lo que comentas, pero los que se dedican a hacer estos productos sí deberían tomarlos en cuenta.
Nos falta mucho, mucho para integrarnos como una verdadera sociedad.
Así es Ale, y es que no solo se trata de poner los autobuses y ya, sino de mantenerlos y educar tanto a los conductores como a la sociedad en general para cuidarlos y sacarles el mejor provecho posible. Yo espero que no me vuelva a suceder nada por el estilo, si no, tendré que escribir desde el hospital.
Publicar un comentario