¡Uy! El mensaje que Pablo nos envía este domingo no tiene esquinas por las cuales escabullirse. Me parece claro, demasiado claro, que hasta me da temor.
A veces me asombra de lo actual que pueden parecer los pasajes de la Biblia, en donde parece que fueron escritos ayer.
“Me he enterado, de que hay discordia entre ustedes” ¿cómo se enteró, quién se lo dijo? ¿Acaso Pablo ha estado navegando en algunos foros de internet o redes sociales en donde ha podido constatar el casi odio que hay entre cristianos? ¿Acaso ha visto, las faltas de respeto, insultos, amenazas, intolerancia, discriminación, prejuicios que hay entre los que nos llamamos cristianos? ¿Será verdad que todavía en estos días hay quienes presumen de ser de Pablo, de ser de Pedro, de ser de Apolo, de ser de tal o de cuál? Muy pocos presumen hoy día de ser de Cristo. Del verdadero y del Único Cristo. No del moldeado a nuestro tamaño a nuestros intereses, a nuestra conveniencia.
O todavía peor, ¿será que haya alguna de esas cámaras que todo lo ve y todo lo graba y se han podido dar cuenta que hoy día aún existen aquellas discordias de antes, pero en nuestro propio hogar, donde los esposos se gritan, se pelean, se maltratan y se guardan rencor por varios días y a veces hasta por años? De que incluso se deja de ir a Misa con tal de no darse la paz y reconciliarse o para no escuchar palabras incómodas durante el sermón.
De que nuestra casa es un campo de batalla en donde el hermano grande le pega al chico, donde todos le faltan el respeto a mamá, donde aquel al que le negaron permiso para ir a la fiesta guarda resentimientos contra sus padres, donde todos le hacen la vida imposible a aquel familiar porque alguna vez les hizo un desaire (según ellos).
¿Será que Pablo tenga “contactos” en la fábrica, taller u oficina que le cuentan que no podemos ver ni en pintura a aquel compañero o a nuestro mismo jefe?
¿Cómo se entera Pablo que andamos hablando mal los unos de los otros, que en casa nos escapamos de los trabajos difíciles, de que andamos como perros y gatos con los vecinos de la cuadra y de que nos importa muy poco lo que pase a nuestro alrededor con los más pobres y desamparados?
Yo creo que nunca se imaginó que muchos siglos después, los cristianos anduviéramos con las mismas niñerías que cuando él vivía, y que todavía hoy podemos hacer la misma pregunta que les hizo a sus amigos corintios:
3 comentarios:
Lo más grave es que los que presumimos de ser de Cristo, añadimos al lado de esta pertenencia otros conceptos y despreciamos a los que no tienen el mismo que nosotros. Hoy Pablo, Apolo...serían nombres de movimientos. Movimientos muy loables todos, que denotan la riqueza del seguimiento de Cristo y que nosotros utilizamos para calificar y clasificar a los otros en buenos o malos, progresistas o carcas, etc,etc. Pero parece ser que esto nos viene ya del tiempo de los Corintios. Un abrazo: Joan Josep
Me ha encantado la forma en que nos has presentado la reflexión. Aquí los que dividimos somos aquellos que no acabamos de creer el menaje de Jesús. Un abrazo
Saludos, Tere. Estoy un poco sobrepasada este enero. Ya vendré más calmada. Besos
Publicar un comentario