miércoles, 20 de marzo de 2013

AYUDAR ESTÁ DE MODA



Hay una publicidad en la radio actualmente que dice: “Ayudar está de moda” y cada vez que la escucho me pregunto: “¿desde cuándo ayudar es cuestión de moda?” ¿O sea, que tal como las tendencias en la ropa, zapatos y accesorios, “la moda de ayudar” cambia con las estaciones del año? No sé, supongo que la intención es buena, pero a mí hay algo que no me cuadra cada vez que la escucho.

Debido a estos eventos de beneficencia que se hacen continuamente, es que a mí siempre me ha asaltado la duda de si son honestos o no. No porque no esté segura si donan el dinero a las instituciones correspondientes, sino que me parece que las empresas no dejan de lado sus conveniencias financieras y se avocan más a la publicidad que a la donación. Es decir, si alguien puede llegar a pagar miles de pesos por un concierto, ¿por qué no mejor dona esos miles de pesos directamente a quienes lo necesitan? Si lo recaudado va a ser para donar alimentos a los pobres, ¿cómo es posible que tú pagues miles de pesos por ir a cenar caviar, pato, champaña, etc.?

A propósito de esto, hace unos días acabo de ver en Internet un video sobre una teleconferencia que dio el entonces Cardenal Jorge Bergoglio para los integrantes de Cáritas. Creo que él puede ser más claro y elocuente que yo.


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