San José, modelo de hombre justo
San José, ayúdanos a ser justos.
Nuestros corazones y nuestras mentes deben permanecer abiertas al Creador de
todos nosotros como seres humanos. Tu Hijo pedía, no la falsa piedad por
nuestra parte, sino un corazón acorde con la voluntad de Dios. A quienes se
mostraban satisfechos con los rezos y rituales formales les decía: “No serán
aquellos que claman ¡Señor! ¡Señor! Los que sean salvos, sino quienes cumplan los deseos de mi Padre”. He ahí la
importancia de vivir cada día en la presencia de Dios.
Vista a la ligera, tu vida podría
parecer un tanto trivial. Diariamente las misma s tareas, iguales deberes,
cosas similares. Pero las hacías con tanta alegría, tan lleno de fe, que a los
ojos de Dios fuiste digno padre adoptivo de Jesús.
En tu vida familiar, compartiste
con Jesús y María el trabajo, el sufrimiento y el amor. Con humildad cumpliste
la misión a ti encomendada por el amor de Dios.
San José, enséñanos a ser justos.
Como la tuya, anhelamos una vida llena de fe en nuestro Creador. Ayúdanos a
comprender que amar es compartir. Enséñanos a cumplir la voluntad de nuestro
Padre que tanto nos ama.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario