Evangelio de San Lucas 2, 1-7
Recién me entero que Belén quiere decir “casa del pan”, ¿y
qué mejor “pan”, que aquel que ha bajado del cielo para nosotros?
Cada vez que leo o escucho la historia de José y María en
Belén, me entra una angustia tan grande de imaginarme lo que debieron haber
pasado pidiendo posada en tantas casas, albergues, etc.
La sencillez y humildad con que ha llegado Jesús a esta
tierra, me deja muchas enseñanzas, lecciones de vida que debo asimilar y
practicar.
Y también me enseña la obediencia de José y María. Yo soy
muy desobediente y me rebelo con frecuencia sobre todo a los mandatos del
gobierno y ciertas autoridades. Sin embargo, cuando pienso en ellos y en todo
lo que tuvieron que caminar, sufrir, buscar . . . .
Y nada de utilizar sus influencias como solemos hacer nosotros.
Hoy en dia, ya me imagino a alguno de nuestros politiquillos preferidos "¡Oigame no! ¿Acaso no sabe quién soy yo? Ni mas ni menos que el padre -o la madre- del Mesías. Así que rapidito me consigue usted la mejor suite de la ciudad y me atiende como debe de ser, porque de lo contrario ya verá usted cómo le irá cuando mi hijo sea rey"
Sí los hay ¿eh? Claro que los hay.
Sí los hay ¿eh? Claro que los hay.
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