Una de las mas agradables sorpresas que he tenido al leer ha sido ésta: LA CABAÑA de Paul Young . De más está decir a los que me conocen, que me la pasé llorando durante toda la historia, de principio a fin.
Por desgracia, cada vez es más común conocer o saber de personas que han perdido a alguien en la vida, sobre todo de manera dramática, violenta. La base de la historia es acerca de una pérdida de este tipo, pero todo lo demás es una lección hermosa acerca de la manera en que el Padre actúa o no en nuestras vidas.
El personaje del reto de hoy es "Papá", y aquí un breve diálogo con Mack, uno de los protagonistas de la historia.
"Mack se acomodó en su sillón y dejó que esas palabras se asentaran en él.-Perdóname, por favor -dijo finalmente.-Ya lo hice hace mucho tiempo, Mack. Si no me crees, pregúntaselo a Jesús. Él estuvo ahí.Mack tomó un sorbo de café, y le sorprendió descubrir que seguía tan caliente como cuando se sentó.-Pero he hecho muchas cosas para echarte de mi vida.-La gente es tenaz cuando se trata del tesoro de su independencia imaginaria. Atesora su mal y se aferra a él con puño firme. Encuentra su identidad y valor en su fractura, y la protege con todas sus fuerzas. No es de sorprender entonces que la gracia posea tan escaso atractivo. En ese sentido, tú has tratado de cerrar la puerta de tu corazón desde adentro.-Pero no tuve éxito.-Eso se debe a que mi amor es mucho mayor que tu necedad -dijo Papá, guiñándole un ojo-. Usé tus decisiones para hacerlas embonar perfectamente con mis propósitos.Hay muchas personas como tú, Mackenzie, que terminan encerrándose en un lugar muy pequeño con un monstruo que al final las traicionará, que no cumplirá o no rendirá lo que pensaban. Encarceladas con ese terror, tienen una nueva oportunidad de retornar a mí. El tesoro mismo en el que confiaban se convertirá en su ruina.-¿Entonces te sirves del dolor para obligar a la gente a regresar a ti? -era obvio que Mack no aprobaba eso.Papá se inclinó hacia delante y tocó suavemente la mano de Mack.-Cariño, ya te perdoné también por creer siquiera que yo podía ser así. Comprendo lo difícil que es para ti, extraviado en tus percepciones de la realidad pero tan seguro de tus juicios, empezar siquiera a percibir, y ya no digamos imaginar, cómo son el amor y la bondad verdaderos. El verdadero amor nunca obliga.
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