Hoy me toca mencionar en el reto literario, a un personaje que cocine. Y obviamente, el primero que ha venido a mi mente es la entrañable Tita, de la novela COMO AGUA PARA CHOCOLATE de la autora mexicana Laura Esquivel (1989)
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Tita es uno de esos personajes que se te mete en el corazón, con el que sufres, lloras y también sonries. Y en este libro, hasta un poquito de cocina aprendimos también ☺
Aquí un extracto del libro, que es parte de la narración de la sobrina-nieta de Tita.
"Mi abuela tenía una teoría muy interesante, decía que si bien todos nacemos con una caja de cerillos en nuestro interior, no los podemos encender solos, necesitamos, como en el experimento, oxígeno y la ayuda de una vela. Sólo que en este caso el oxígeno tiene que provenir, por ejemplo, del aliento de la persona amada; la vela puede ser cualquier tipo de alimento, música, caricia, palabra o sonido que haga disparar el detonador y así encender uno de los cerillos. Por un momento nos sentiremos deslumbrados por una intensa emoción. Se producirá ennuestro interior un agradable calor que irá desapareciendo poco a poco conforme pase el tiempo, hasta que venga una nueva explosión a reavivarlo. Cada persona tiene que descubrir cuáles son sus detonadores para poder vivir, pues la combustión que se produce al encenderse uno de ellos es lo que nutre de energía el alma. En otras palabras, esta combustión es su alimento. Si uno no descubre a tiempo cuáles son sus propios detonadores, la caja de cerillos se humedece y ya nunca podremos encender un solo fósforo.
La cocina mexicana, donde se afianzan los lazos familiares.
Si eso llega a pasar el alma huye de nuestro cuerpo, camina errante por las tinieblas más profundas tratando vanamente de encontrar alimento por sí misma, ignorante de que sólo el cuerpo que ha dejado inerme, lleno de frío, es el único que podría dárselo".
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