

La experiencia fue buena en general. Lógicamente hubo cosas a nivel logístico que pudieron -y podrán- salir mejor, pero todo lo que Dios planeó, salió a pedir de boca.
Ahora los chavos están trabajando para establecer con solidez este nuevo grupo APRENDICES DE JESÚS en su parroquia y las noticias que voy teniendo de ellos por medio de Facebook, me indican que todo va viento en popa.
Aunque estoy lejos y poco pude convivir con la mayoría de los jovenes, siento mucha ilusión de ver los inicios de algo que, si Dios quiere, será para Gloria Suya, y que deseo con todo el corazón, sirva para dar un poco de esperanza, luz, guía y seguridad a muchos jovenes que, en estos días, necesitan tanto.
Gracias a Dios, a Sara que me invitó y a la Diócesis de Toluca, representadas en el Padre Manuel, guía espiritual del grupo, por haberme permitido vivir esta experiencia.
Y a todos los chicos, aunque probablemente no me lean, los llevo en mi corazón y en mis oraciones.
Postales
Ya cuando salimos del retiro, Dios nos regaló una postal, de esas que solo Él puede diseñar y acá se las comparto. Un atardecer de fuego que luchaba contra las nubes para poder brillar con todo su esplendor.
Aca una foto con la familia de mi amiga que tan amablemente nos alojó por esos dias.
Y finalmente, ya desde el autobús, de regreso a casa, una de las muchas fotos que tomé del campo mexicano. Es una delicia ver la vegetación, los bosques que todavía existen. Los colores, el sol, las nubes, el cielo. En fin, una experiencia redonda la que tuve en Toluca.
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