Y hablando de la Morenita del Tepeyac, una de las cosas que más me han llamado la atención son sus ojos. Aquí les dejo un fragmento de la conferencia realizada por P. Jorge Loring
(…) El Dr. Aste hizo lo mismo que el Sr. Salinas con unas fotografías, tomadas sin cristal, del ojo de la imagen de la Virgen. El procedimiento consiste en dividir el ojo en cuadrículas de un milímetro cuadrado, y cada cuadrito de éstos en 1.600 cuadrículas de 15 x 15 micrones, por medio de un escáner o microdensitómetro, que es un microscopio electrónico de barrido.
Cada milímetro cuadrado del original queda fragmentado en 25.000 pequeñísimos cuadrados que se amplían 2.500 veces, con lo cual se captan detalles imposibles de captar con un microscopio convencional. El ojo humano capta alrededor de unos treinta tonos grises. Con el microdensitómetro se captan doscientos cincuenta y seis.
Esto hizo con los ojos de la imagen de la Virgen de Guadalupe. Y de esta manera descubrió en una córnea de siete milímetros, al parecer, la escena que la Virgen tenía delante, formada por un grupo de doce personas. Algunos atribuyen al Dr. Aste una interpretación subjetiva de las imágenes. Pero un especialista en análisis de «proceso digital de imágenes» interpreta estas figuras mejor que nosotros. Lo mismo que un médico interpreta una radiografía mejor que nosotros.
El Dr. Aste ve en el ojo de la imagen la cabeza de un español, que fue la primera que descubrió D. Carlos Salinas. También ve el Dr. Aste al indio Juan Diego con un gorro. No es lógico que Juan Diego permaneciera cubierto delante del Obispo, pero tenía las manos ocupadas sujetando la tilma con las rosas, y no pudo quitarse el gorro. En el otro extremo se ve un indio sentado; probablemente algún enfermo o lisiado que fue a pedir socorro al Obispo. En medio se ve la cabeza de un anciano, que podría ser la del Obispo Zumárraga.
La cara del obispo Zumárraga que el Dr. Aste descubre en el ojo de la Virgen se parece a la del obispo Zumárraga en un retrato suyo, pintado al óleo, pintado en 1548
Cada milímetro cuadrado del original queda fragmentado en 25.000 pequeñísimos cuadrados que se amplían 2.500 veces, con lo cual se captan detalles imposibles de captar con un microscopio convencional. El ojo humano capta alrededor de unos treinta tonos grises. Con el microdensitómetro se captan doscientos cincuenta y seis.
Esto hizo con los ojos de la imagen de la Virgen de Guadalupe. Y de esta manera descubrió en una córnea de siete milímetros, al parecer, la escena que la Virgen tenía delante, formada por un grupo de doce personas. Algunos atribuyen al Dr. Aste una interpretación subjetiva de las imágenes. Pero un especialista en análisis de «proceso digital de imágenes» interpreta estas figuras mejor que nosotros. Lo mismo que un médico interpreta una radiografía mejor que nosotros.
El Dr. Aste ve en el ojo de la imagen la cabeza de un español, que fue la primera que descubrió D. Carlos Salinas. También ve el Dr. Aste al indio Juan Diego con un gorro. No es lógico que Juan Diego permaneciera cubierto delante del Obispo, pero tenía las manos ocupadas sujetando la tilma con las rosas, y no pudo quitarse el gorro. En el otro extremo se ve un indio sentado; probablemente algún enfermo o lisiado que fue a pedir socorro al Obispo. En medio se ve la cabeza de un anciano, que podría ser la del Obispo Zumárraga.
La cara del obispo Zumárraga que el Dr. Aste descubre en el ojo de la Virgen se parece a la del obispo Zumárraga en un retrato suyo, pintado al óleo, pintado en 1548
En el grupo aparece la figura de una mujer negra. En un principio pareció ser un error. No era lógico encontrar negros en México en 1531; pero revisando la «Historia de la Iglesia en México», del padre jesuita Mariano Cuevas, se enteró que Zumárraga nombró en su testamento a su sirvienta negra. Es sorprendente que el Dr. Aste descubriera una negra en la escena sin tener conocimiento previo del testamento de Fray Juan de Zumárraga.
Evidentemente que la identificación de las figuras del caballero español, Juan Diego, Zumárraga, etc. deberán ser comprobadas por ulteriores investigaciones, pero hay un hecho indudable: que las escenas gráficas que hay en estos ojos no pueden ser obra de mano humana.
Las imágenes están en los dos ojos y con la conveniente inclinación. El hecho de que en los dos ojos aparezcan las mismas imágenes, excluye toda posibilidad de casualidad. Ni siquiera con la tecnología actual sería posible «pintar» las figuras «rescatadas» por la computadora en una córnea de siete milímetros.
Evidentemente que la identificación de las figuras del caballero español, Juan Diego, Zumárraga, etc. deberán ser comprobadas por ulteriores investigaciones, pero hay un hecho indudable: que las escenas gráficas que hay en estos ojos no pueden ser obra de mano humana.
Las imágenes están en los dos ojos y con la conveniente inclinación. El hecho de que en los dos ojos aparezcan las mismas imágenes, excluye toda posibilidad de casualidad. Ni siquiera con la tecnología actual sería posible «pintar» las figuras «rescatadas» por la computadora en una córnea de siete milímetros.
Los estudios científicos realizados en la Virgen de Guadalupe podían terminar con las siguientes conclusiones:
1) Científicamente no se explica la conservación del ayate cuatrocientos cincuenta años, pues lo normal es que no dure más de veinte.
2) Científicamente no se explica cómo no se ha deteriorado la imagen a los cuatrocientos cincuenta años, de los que ciento dieciséis estuvo sin cristal y sometida al contacto de toda clase de objetos.
3) Científicamente no se explica cómo no se destruyó el ayate cuando le cayó ácido nítrico de arriba a abajo.
4) Científicamente no se explica cómo el ayate no sufrió daño alguno cuando la explosión de la bomba del 14 de noviembre de 1921, que destrozó todo lo que había cerca.
5) Científicamente no se explica la diferencia de temperatura entre el ayate y la placa metálica.
6) Científicamente no se explica que esta imagen esté realizada en un lienzo de estas características sin preparación adecuada.
7) Científicamente no se explica cómo es posible que en esta imagen no haya colorante ni animal, ni vegetal, ni mineral, ni sintético.
8) Científicamente no se explica que el ojo de la imagen tenga las características de un ojo humano vivo con el efecto Púrkinje-Sánsom.
9) Científicamente no se explica que en un ojo de siete milímetros aparezcan doce figuras humanas.
Después de todo esto parece lógico concluir que esta imagen no es de origen humano, pues no tiene explicación científica natural. Es lógico pensar en una intervención sobrenatural. Como dijo Pío XII, esta imagen es obra de «pinceles que no son de acá abajo». Humanamente no hay explicación para los interrogantes que presenta.
1) Científicamente no se explica la conservación del ayate cuatrocientos cincuenta años, pues lo normal es que no dure más de veinte.
2) Científicamente no se explica cómo no se ha deteriorado la imagen a los cuatrocientos cincuenta años, de los que ciento dieciséis estuvo sin cristal y sometida al contacto de toda clase de objetos.
3) Científicamente no se explica cómo no se destruyó el ayate cuando le cayó ácido nítrico de arriba a abajo.
4) Científicamente no se explica cómo el ayate no sufrió daño alguno cuando la explosión de la bomba del 14 de noviembre de 1921, que destrozó todo lo que había cerca.
5) Científicamente no se explica la diferencia de temperatura entre el ayate y la placa metálica.
6) Científicamente no se explica que esta imagen esté realizada en un lienzo de estas características sin preparación adecuada.
7) Científicamente no se explica cómo es posible que en esta imagen no haya colorante ni animal, ni vegetal, ni mineral, ni sintético.
8) Científicamente no se explica que el ojo de la imagen tenga las características de un ojo humano vivo con el efecto Púrkinje-Sánsom.
9) Científicamente no se explica que en un ojo de siete milímetros aparezcan doce figuras humanas.
Después de todo esto parece lógico concluir que esta imagen no es de origen humano, pues no tiene explicación científica natural. Es lógico pensar en una intervención sobrenatural. Como dijo Pío XII, esta imagen es obra de «pinceles que no son de acá abajo». Humanamente no hay explicación para los interrogantes que presenta.
P. Jorge Loring
4 comentarios:
En el video que nos presenta el Dr. Aste , las figuras son manipuladas arbitrariamente. Primero se les recorta para darles forma humana y después descaradamente se les dibuja. A las 13 figuras de personas que el video dice que hay en los ojos de la Virgen, otros agrega otras 13 correspondientes a la última cena haciendo un total de 26 (hasta ahora) ¿No se le hacen muchas?
Además "el estudio" jamás se hizo en directo a la imagen del lienzo sino siempre a fotografías de la misma. Nadie en su sano juicio se atrevería a calificar de científico un "estudio" así.
Galeno Zalán
Monterrey, México
Hola Galeno Zalán: Primero que nada, bienvenido a este humilde blog, al que, como te habrás dado cuenta, he tenido abandonado algún tiempo.
Y también te agradezco que te hayas tomado el tiempo de dejar un comentario. Para mí es respetable lo que opinas, supongo que algunas pruebas has de haber visto. Desafortunadamente yo no he visto ni las unas ni las otras. Simplemente he leído y visto reportajes de organismos tan prestigiosos como la NASA, por ejemplo. Y, según mi humilde opinión, ellos no ganan nada con autentificar estos hechos.
Nuevamente gracias por tomarte el tiempo de dejarme un comentario.
Señorita TERE.
No es la priera vez que involucran a la NASA para dar credibilidad a fatasias religias. También involucran a conotados científicos ya fallecidos que ya no pueden defender su buen nombre.
¿Cómo es posible que los Sabios de la NASA no encontraron los añadidos y retoques que según afirmaron, en 1787, los pintores de Bartolache habían sido ejecutados por “manos atrevidas”? Con tantos recursos técnicos de los físicos de la NASA no pudieron notar la pintura con la que fue tapada la corona que aún en 1895 lucía en su cabeza la Virgen de Guadalupe. Ni pudieron detectar los repintes que, en 1947, el restaurador de arte don José Antonio Flores Gómez hiciera a la imagen por ordenes del entonces abad de la Basílica monseñor Feliciano Cortés. Ni los remiendos a la tela de cáñamo, y no de ixtle, que 26 años después, en 1973 hiciera el mismo restaurador a petición de don Guillermo Shulenburg entonces abad de Guadalupe. Por cierto los pigmentos minerales que utilizó en su la restauración no son nada celestiales.
Monseñor Shullenburg, abad de la Basílica por más de 30 años, declaró tajante y contundentemente que el “ayate” jamás estuvo a la disposición de la NASA. La competencia de la NASA es la astrofísica, no andar investigando milagros.
Ante la imposibilidad de mostrar documentos que avalen la realidad de las apariciones del Tepeyac no se ha dudado en acudir a las más groseras historias de milagrería.
¿Sabe usted que la imagen de la Virgen fue pintada hacia 1555 por el indio Marcos Cipac de Aquino?
Seguimos platicando
Galeno Zalán
Señorita TERE.
No es la priera vez que involucran a la NASA para dar credibilidad a fatasias religias. También involucran a conotados científicos ya fallecidos que ya no pueden defender su buen nombre.
¿Cómo es posible que los Sabios de la NASA no encontraron los añadidos y retoques que según afirmaron, en 1787, los pintores de Bartolache habían sido ejecutados por “manos atrevidas”? Con tantos recursos técnicos de los físicos de la NASA no pudieron notar la pintura con la que fue tapada la corona que aún en 1895 lucía en su cabeza la Virgen de Guadalupe. Ni pudieron detectar los repintes que, en 1947, el restaurador de arte don José Antonio Flores Gómez hiciera a la imagen por ordenes del entonces abad de la Basílica monseñor Feliciano Cortés. Ni los remiendos a la tela de cáñamo, y no de ixtle, que 26 años después, en 1973 hiciera el mismo restaurador a petición de don Guillermo Shulenburg entonces abad de Guadalupe. Por cierto los pigmentos minerales que utilizó en su la restauración no son nada celestiales.
Monseñor Shullenburg, abad de la Basílica por más de 30 años, declaró tajante y contundentemente que el “ayate” jamás estuvo a la disposición de la NASA. La competencia de la NASA es la astrofísica, no andar investigando milagros.
Ante la imposibilidad de mostrar documentos que avalen la realidad de las apariciones del Tepeyac no se ha dudado en acudir a las más groseras historias de milagrería.
¿Sabe usted que la imagen de la Virgen fue pintada hacia 1555 por el indio Marcos Cipac de Aquino?
Seguimos platicando
Galeno Zalán
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