jueves, 3 de diciembre de 2009

¿SABES A DONDE VAS?


Albert Einstein iba en un tren a un compromiso fuera de la ciudad donde vivía. El conductor paró para picar su billete. Einstein, el gran hombre de ciencia, estaba tan entretenido con su trabajo que no lograba encontrar su billete en su abrigo o la cartera. El conductor le dijo, "Todos sabemos quién usted es, Dr. Einstein. Estoy seguro que usted compró su boleto. No se preocupe. Todo está bien." y siguió a los demás pasajeros para picar los billetes.


Antes de ir al próximo vagón del tren, miró hacia atrás y vio al Dr. Einstein de rodillas mirando por debajo de su asiento tratando de encontrar su billete. El conductor regresó y suavemente dijo, "Dr. Einstein, por favor no se preocupe por el billete. Sé quién es usted." Levantando la vista miró al conductor y dijo, "Yo también sé quién yo soy. ¡Lo que no sé es a dónde voy!"


Cuando somos jóvenes pasamos mucho tiempo buscando nuestra identidad y a lo largo del tiempo creemos haberla encontrado en diversas ocasiones. Le damos mucha importancia y relevancia a saber quiénes somos.

Esto no sólo se limita a la etapa de la juventud, sino que a lo largo de nuestra vida le dedicamos mucho tiempo a esta incansable búsqueda. Sin embargo durante este largo camino, estamos tan ocupados en buscar nuestra identidad que no nos damos cuenta ni por donde vamos avanzando ni los caminos ni veredas que tomamos durante el trayecto.
Si todavía no sabes a dónde se dirige tu vida, dale una oportunidad a Jesús y Él le dará dirección y sentido a tu vida. Solo tienes que pedirlo.

7 comentarios:

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

Una auténtica preciosidad de post, apreciada Tere, me ha encantado leerte y descubrirte.
Desde que dejaste un comentario en mi blog he venido a visitarte en diversas ocasiones y he querido corresponder a tu cortesía comentando también en tu blog, pero, creeme que me ha sido imposible porque aunque esta ventanita se abría, no permitía escribir en ella y cada vez me iba de vacío.
Mi agradecimiento y un afectuoso saludo.

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

Está muy interesante su exposición con la anécdota Einstein, por lo que voy viendo, los jóvenes de Europa y en concreto los españoles,les toca vivir distintas realidades desde la base de su formación religiosa-humana.
Mi generación...«Los años 70»creo que fuimos el último exponente de una sana y entusiasta juventud, que te permitia tener una cierta seguridad en ti mismo, porque a pesar de una cierta opresión de las libertades, por el gobierno ya decadente del franquismo, sabíamos tener proyectos, ideales con que creer y luchar. Nuestros padres por lo general no nos pudieron cubrir todas las necesidades, incluso las afectivas puesto que rabajaban intensamente para poder mantener un cierto estatus que ya se empezaba a perfilar con una mejora en bienestar con la venida del famoso automóvil«Seat 600».
Digo esto, porque nuestros jóvenes hoy día, carecen de muchos valores que nosotros teníamos,ya no han querido seguir la educación religiosa que sus padres pretendían inculcales, y ya vemos el resultado: divorcios, abortos, drogas, sexo y un etc.Lo digo, porque antes de ser monja, trabaje en estos ambientes, concretamente en el Barrio Chino de la Barcelona y ello me da un cierto saber y intentar hoy dar una algo esperanza a los jóvenes que a través de Internet se acercan-pocos por cierto de mi pais-a mi blog. Darles a conocer a Jesús, se hace una tarea muy difícil cuando los mismos padres no quieren saber nada de sus hijos. Deseo que esto no ocurra en su país, pero compruebo con gozo que Latinoamerica, es muy religiosa, veo una gran fe y hambre de Dios. Quizás me equivoque, pero así lo entiendo yo.
Gracias por ofrecernos un blog tan interesante.
Sor.Cecilia Codina Masachs O.P
«ESTOY A TU LADO»

Angelo dijo...

Teresa.Yo no conocía esta anécdota y que bien va para explicarla a los jóvenes.Pronto si D.q. me han encargado que me ocupe de un grupo de ellos, me has dado el punto de partida. Muchísimas gracias. Realmente Dios, siempre te pone la solución en el sitio que menos te imaginas. Un beso

Unknown dijo...

Terly: soy yo la que te agradece la cortesía y la perseverancia. A otro le hubiera dado igual irse sin comentar. Disfruto mucho tus poesías.

Sor Cecilia: me recuerdan tanto sus palabras a un sacerdote español que conocí aquí durante su año sabático. Nos tomó mucho cariño porque éramos jovenes muy entregados y entusiastas que participábamos abierta y alegremente en nuestra parroquia. Además le sorprendía mucho que fuéramos tantos y que la iglesia siempre estuviera llena. Lástima que esos tiempos están lejanos.

Angelo: te tengo una envidia terrible!! Yo trabajé con jovenes a lo largo de muchos años y no he podido superar "la muerte" de ese grupo. Estuve a punto de participar en un grupo así en Montreal, pero no lo pude concretar pues tuve que regresar a México. Dios sabe que es mi pasión, pero no entiendo las cosas que han pasado.

Melanie Márquez Adams dijo...

Hola Tere, me ha encantado tu reflexión, sobre todo porque a pesar de tener ya 33 años, yo me sigo buscando y me hace bien leer palabras como las tuyas.
La verdad es que, como me dijo una psicóloga, a mi generación y las siguientes, las cosas se nos han dado relativamente tan fáciles, que no tenemos esa fé y espíritu de lucha que hacen falta para darle sentido a nuestras vidas.

Ha sido un gusto leerte! Por cierto, soy Mel de Pre-textos : )

Unknown dijo...

Hola Dorothy (Mel), qué sorpresa y alegría tenerte por acá. Y bueno, el asunto con nosotros, sin importar la edad que tengamos es que a veces no entendemos que toda nuestra vida es un largo caminar. Sin embargo pocos son los que saben a dónde van. Sin importar los caminos que decidamos seguir lo importante es saber cuál es nuestro objetivo, pero muchos le damos más importancia al camino y tratamos de escoger los más bonitos, cómodos, rápidos, etc.
Un saludo afectuoso.

eligelavida dijo...

Una anécdota muy ilustrativa. Son muchos hoy los que no encuentran sentido a la vida, cuando realmente no se han planteado en buscarlo, porque de entrada vamos sin saber hacia donde nos dirigimos. Un abrazo.