Los carismas son muchos y muy variados, y las maneras de
adorar a Dios también. Había un amigo que constantemente me invitaba a
abandonar mi religión para irme a otra donde cantaban, gritaban, bailaban y
hacían muchas cosas de manera extrovertida que a él lo llenaban por completo.
Pero a mí no me convence mucho. En primer lugar, creo que no
necesito cambiarme de religión para adorar a Dios de esa manera y en segundo
lugar, creo que cada quien tiene su forma personal de alabar y adorar y no es
ni buena ni mala, simplemente diferente.
Algunas veces, hay personas “que se van” simplemente porque
no conocen su religión, ni todos los carismas que se pueden encontrar dentro de
la Iglesia Católica.
Yo respeto mucho a los que bailan y cantan alzando los
brazos, etc. Me parece una manera muy hermosa de dar Gloria a Dios. Sin embargo,
yo no encuentro que esa sea mi manera especial de hacerlo. Yo prefiero mucho
más el silencio, recogimiento y reflexión; y habrá otros a quienes les quede
mucho mejor el trabajo activo o el estudio constante, las misiones o la catequesis, y esa es
su forma muy personal de alabar y dar Gloria. Habrá quienes se sientan
totalmente llenos del Espíritu solo con asistir a la Santa Misa o con
involucrarse en las actividades parroquiales. Y no dudo ni tantito que haya quienes hagan todo esto junto y mucho mas en su camino junto al Señor. Pero nadie podrá acusar que
dentro de la Iglesia Católica no hay “un lugar” para él o para ella que le haga
servir y adorar a Dios en muy diversas maneras.
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