Comienzan los preparativos para la celebración de la Navidad; y muchos nos entretenemos demasiado en cosas como qué tipo de alimentos tendremos en la cena, los invitados, la vajilla, los adornos del arbolito, qué regalos compraremos, cuándo y dónde, la ropa que usaremos, los zapatos que llevaremos, etc. pero muchas veces dejamos para el final el preparativo más importante de todos: disponer nuestro corazón para el nacimiento de Jesús. El 24 por la noche corremos a misa para “prepararnos” espiritualmente, pero en nuestra mente rondan todavía los últimos preparativos que todavía están pendientes.
Este año, una vez más, tenemos la oportunidad de prepararnos con tiempo, poco a poco para tener ese pesebre espiritual que llevamos en el pecho y tenerlo listo para ese pequeño niño.
¿Cómo te preparas tú para celebrar la Navidad?
preciosa reflexión. desde hace años siempre aprovecho para pedir durante el adviento una renovación de mi corazón. Que cada día sea más de carne y no de piedra. Que pueda abergar al Niño que llega. Mañana si D.q. propongo una iniciativa para el 24. Un abrazo
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